En el mismo bote
las cuatro
remaron las aguas de un oscuro río
Entre sauces y naranjos
la casita vieja
asomaba
y crujían los pasos
encendieron velas en todos los cuartos
La humedad en los cuerpos
quizás
pervirtió sus actos
"Yo, Diosa de la Guerra"
"Yo, Diosa de los Llantos"
"Yo, Diosa de la Muerte"
"Yo, Diosa del Engaño"
En la misma noche
las cuatro
bebieron
bailaron hasta el cansancio
escupieron sangre mientras maullaban gatos
El amanecer
descubrió
huellas en el barro
sin duda "el isleño"
hijo del arroyo, padre del descanso
Fueron a buscarlo
"Yo, Diosa de la Guerra"
"Yo, Diosa de los Llantos"
"Yo, Diosa de la Muerte"
"Yo, Diosa del Engaño"
Testigos del ritual
los árboles
los árboles
se dejaron arrancar por el viento
despreciaban el espanto
En el mismo juego cruel
las cuatro
sacrificaron al hombre
si hubieran podido amarlo...
La historia está basada en hechos reales o ficticios, a propósito del recuerdo de una noche en el Delta: con amigas, con lluvia y sin luz.
ResponderEliminarQué lindo conocer tu arte, Nati. Tu mirada tan dulce, profunda y aguda me llena el alma y me emociona... Amiga, te quiero para siempre.
ResponderEliminarAle.
Una gran crónica, gracias por compartir algo tan lindo! Beso!
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