la cara blanca

te descubrí los miedos los sueños imposibles

no sos lo que yo

y no puede dormir el corazón ensimismado

rasgada de tormentas me descubriste

esperanzada de soles y de lunas

no soy lo que vos  

porque hoy me asusta aquél reflejo de tu cara blanca

en el espejo negro de lo impensable 

desde el silencio

"¿Hay algo sólido en la vaporosa gloria de la vida?"

   Wang Wei en Los poetas de la Dinastía Tang.

para las princesas desenamoradas ya no hay vueltas

en el carrousel de los mundos

se detiene en mi pecho un instante de muerte encajonada

en su suerte embalsamada lloran 
ya no hay vueltas

solo la estampa de una quietud miedosa

y los días y los cuerpos en el tiempo de la nada

hasta la impotencia del sentido

que descansen espero que duerman 
y que sigan soñando aún desde el silencio 
las princesas engañadas

el verano de un jazmín / los días iguales

                                                                                                                                                                                                                                      

el instante
en que mi pelo

acariciado

entre tus dedos
crece

y mi nuca

y mi cuello

y mi espalda

le devuelven 

a tus manos

el perfume blanco

dulce

del verano de un jazmín

en los días
iguales a otros días

hasta que vos

tus ojos me miran

y el amor que vuelve 

atesorado

entonces nosotros

me veo en tus ojos

y el amor que vuelve 

inesperado

en los días 

                                          iguales a otros días 

otra vez

Llueve

se detuvo
la mañana
inalterable

hoy 

descanso
en el amor
acostumbrado

llueve
otra vez

soy feliz

palpable

"Un amor que nunca durmiera 

sería aterrorizante"

Clarice Lispector.-

despertarme

 de las flores secas

en las manos

que acarician mi vientre

del amor que duerme

arrutinado, mezquino

del amor que arde

(viciado de preguntas)

desgajado

 despertarme
desenmascarada 

entre la tibia lluvia

de un amor palpable

tu recuerdo al borde

Se vació tu nombre

del amor

desesperado

En el fin

de los párpados 

cerrados

en mi ilusión 

de niña

tu recuerdo al borde

Ojalá descanses

en la palma de mi mano

un gorrión 

aletea frágil su pequeñez y asombro 

en la palma de mi mano

le devuelvo un canto, lo abrigo

 y todo el cielo en silencio porque casi está dormido

un gorrión

en la palma de mi mano

ya mis brazos son su nido

las heridas

Entre las sombras del abandono

-inconsciente o destino 

trazando 

lo que muere, 

lo que nace, lo que duele-

justo ahí nos encontramos

Estuve...

tendida-abierta

desarmada-partida

y vos...

tan pequeño 

rayo de sol y de luna

que en tu mirada nueva

juntos ahora

nos descubrimos

sanando las las heridas

                                                                                  
                                                                                     
                                                                                    

Agradecida de lo sagrado

"Todo lo sagrado tiene la sustancia de los sueños y los recuerdos..." 

-Nieve de Primavera, Yukio Mishima-

(Yo, agradecida de lo sagrado...)

Todo el amor

desde tu voz

una mujer para toda la vida

lloré

ayer no lo sabía

El recuerdo

de lo que nos duele

(irremediablemente)

desde tu voz

también la amargura

 y siempre los dos

en la espera

de que la muerte se nos inscriba

en un texto singular

para la continuidad de la vida